Náusea.
Es difícil comprender el hecho de que ceder el alma mil veces a la misma causa no es garantía de que la causa vaya a ceder a uno mismo.
Es posible comenzar a introducirse temeroso y asustado por los golpes y la amargura, de la mano de la esperanza y la memoria recóndita de un pasado abrasador; puede uno jugarselas con el olvido y amurallar el rencor, incluso aludir al mágico paso del tiempo y la adquirida supuesta madurez como símbolo de renovación y buena fortuna.
Puede uno luchar contra si mismo y contra el instinto inherentente de autoprotección y apostarle de nuevo a aquel desaire con la intención de esta vez encontrarle exitoso.
Al final se es capaz de entregar de si cuerpo y mente si es requerido, creer en la palabra ajena y aventarse al precipicio confiando en que esta vez no se va a romper en cachitos al caer.
Pero la entrega de si mismo no implica ni asegura la piedad que vaya a tenerle el destino.
Así que con la misma seguridad y fortaleza con que se toma la decisión de andar de nuevo el camino rocoso, es preciso alejarse y andar un camino nuevo.
Hacerse de valor y lograr desafanarse de la costumbre y la mediocridad para dar lugar a conocer y experimentar en ambientes diferentes, en sentires diferentes, en errores diferentes.
Recordar lo efímero de nuestra existencia humana y comprender que el tiempo que vamos a pasarla vivos es una absoluta nimiedad y que bajo ninguna circunstancia merece ser menospreciado en busca de ideales deteriorados y extintos, en esfuerzos sin conclusión que parecen más bien cíclicos y absurdos con vana esperanza.
Porque es pesado tener que hacer el viaje todos los días: entrar en el mismo lugar y escuchar la mentira que se ha aprendido a creer o al menos a pasar por alto, caminar un poquito para volver a la batalla sin ganador y a las apologías falsas.
Poner los pies en el mismo piso desnivelado y suspirar con el anhelo de que hoy ssea diferente, de que hoy si funcionen los planes para construir el futuro.
Pero nunca, nunca se construye sobre mal terreno: tampoco sobre el que no es propio.
¿Qué opinas?