Bestial

¡Ay, agostito insulso!
Adivina quién está dentro de la escuela otra vez... adivina a quién no le emociona la idea.
Comenzar quinto semestre me ha revuelto el estómago ya lo suficiente como para tener certeza que la decisión más estúpida de mi vida fue entrar en esa escuela.
Yo quería ser escritora o música.
Entonces, estoy triste, y quiero ponerme el cabello azul otra vez, y quiero hacerme un agujero en la lengua, y quiero cortarme el cabello, y quiero comprarme unas blusas bonitas y unos zapatos pa' cuando quiera yo ser femenina, y quiero ir a ver exposiciones de arte, y quiero tener "Las Dos Fridas", y quiero un chocolate caliente. Quiero sentirme libre.
Ahora más que nunca. Porque me siento atada a campos eléctricos, integrales, cifrados simétricos, radicales orgánicos y cables de red, entre otras cosas que no me hacen ni la cuarta parte de feliz de lo que me haría conocer a detalle las corrientes de vanguardia y la vida de los filósofos contemporáneos.
Pero llevo yo ya tantos días quejándome de lo incomoda que estoy con la escuela y lo mucho que la detesto,    y vaya a ser que te aburra con lo mismo. Lo digo porque ya estoy yo aburrida de sufrirle a lo pendejo.
Entonces ¿y si te hablo mejor de mi prosperidad en vez de seguirte deprimiendo con mi decadencia existencial? ¿Sí? Ok.
Estoy bien enamorada.
Sé ahora que una puede pasarse pensando el día entero lo mismo.
Sé extrañar.
Sé dejarme de orgullo.
Sé que una puede llorar hora y media hasta secarse y dejarse media camiseta manchada de baba, moco y lágrimas al por mayor.
Sé que no soy lo que creí
Es bien raro. Porque yo soy bien rara; tan rara que a veces ni yo me comprendo (muchas veces soy y vivo en inconsciencia total).
Además yo sé de amor sólo lo que me han comentado García Márquez y Sabines. Y haz de saber aquello de que nadie experimenta en cabeza ajena, que es como mi refrán preferido.
Entonces pues, soy disfuncional y falta de tacto como toda Sagitaria. Además de obstinada, dramática y exagerada, como por herencia Ríos debe ser; y por si fuera poco, quizá traumada y dolorida por acontecimientos antiguos de tiempos de niñez y romances baladís.
Soy una bomba... y no me estoy refiriendo a algo sexy como Cherie Currie, más bien a algo devastador y atemorizante.
Y dejando de lado la letanía de mis defectos; con todo esto quería llegar a contarte que él es bien valiente. Me ha tolerado; que se dice fácil, pero es poco más que complicado y poco menos que imposible.
Las personas de nuestro alrededor lo estereotipan, digo, no los culpo, no lo conocen del todo (yo no estoy asegurando conocerlo completamente, pero sí cierta parte de él que no es tan simple de advertir).
Cierto es que habría de darte envidia no conocerlo como yo.
Le conozco lo cursi, lo zonzo, lo flojo, lo triste, lo pleno, lo inteligente, lo grosero, lo aburrido, lo exaltado, lo augustiado (...). Y le amo cada una de esas facetas. Es él más de lo que todos creen. Es él más de lo que él mismo cree.
Tengo yo muchas cosas para contarte acerca de mi romance, pero otra cosa que tengo es la memoria más inane del mundo y ya puedo no'más decirte que (como le dije a él) nadie amo más que a él, ni tanto como a él, ni tan siquiera la mitad.
Con él soy plena.
Punto y aparte.
Últimamente:
Estoy leyendo "Los Ojos del Dragón" de S. King. Es un mágnifico libro, pero a mi parecer uno de los menos agradables de el buen King; es como si no fuese él.
Estoy escuchando "Pasión Bolero" de Chavela Vargas. ¡Grosso!
No he visto películas desde vacaciones, sigo obsesionada con Scott Pilgrim.
Estoy enamorada de los axolotl de nuevo (Gracias, Cortázar).
Mañana exámenes, yo aquí.