En la Cineteca hace unas semanas, se estrenó la película homónima de la novela  “Del Amor y Otros Demonios”, que es mi segunda favorita del Gabo.
Como estaba enervada por el amor de Sierva María y Cateyano, saqué mi libro para leer lo que había subrayado cuando lo leí en una época muy luminosa y plena para mí, por allá de Septiembre de 2012. Me seguí con Rayuela  y Cien Años, pero la parte violenta fue cuando tomé mi libro de recopilación de cartas de Frida Kahlo.
Tengo  un amor profundo por Friducha, incluso más allá de ser admiradora de su pintura, lo soy de su vida y de sus letras (en realidad no entiendo el afán posmoderno de calificar de “malo” lo clásico o lo popular).
Entonces me nació la idea de emular la recopilación de cartas de ésta mujer, con las cartas que yo he escrito. Cubro mis destinatarios con los contemporáneos de Frida, en esta entrada adjunto una “carta” y espero en lo posterior publicar más.
Había además “borrado” varias entradas de años o meses pasados, por si alguien gusta leerlas,  ya están nuevamente publicadas sin algún tipo de edición, tal como estaban.

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CARTAS A LEÓN TROTSKY
16 OCTUBRE 2011

Crees que te evito, pero ¿sabes? me cuesta mucho. No me había enfrentado a algo así antes; cuando te dije que no he tenido muchos novios, no mentía. Mentí en ningún momento.
Si, si te quiero. Si, de verdad me gustabas, o me gustas o yo qué sé.
No puedo con todo. Y de pronto las cosas cambian y se vuelven tan mundanas como los días en que me ponía tan ebria que se me olvidaba todo y todos.

Hay tantas cosas que me preocupan y tener que ponerles cara buena es difícil.
Creo que precipitamos las cosas, creo que precipité las cosas.
Y él, he pasado tanto tiempo con él que de pronto dejarlo a un lado e irme contigo me parece de alguna manera complicado, y quizá no es sólo por él.
No puedo decir que lo prefiero a estar contigo, ni viceversa, pero quizá es sólo que me acostumbré. 

Me hace brutalmente infeliz esto. Brutalmente. ¿Por qué? Pues porque en ningún momento me lo esperé, siento una culpa tremenda y lo menos que quisiera es hacerte sentir mal.
Me agradas, me arrepiento de nada de lo que pasé contigo; sin embargo, estoy tan frustrada y estresada, tan mal, y que tú tengas que soportarlo  me parece injusto y me hace sentir peor.
No soy lo que parezco.

Me gustaría poder hacer siempre que estuvieras feliz, pero ya no puedo: ésta vez si me rindo.
Lo siento, de verdad.