Me puse a ver mis documentos y a leer mis pedacitos de cuento y poesía que acostumbraba escribir antes. Aunque también en mis documentos están “Mis Archivos Recibidos” así que le di un vistazo. Te estoy hablando de conversaciones de allá por el 2010.
Fue como un puñetazo en la cara. Recordar todo aquello me estremeció, tengo conversaciones desde con la que fue mi mejor amiga en primero de secundaria hasta personas que conocí en la vocacional.
Leí acerca de mis primeras impresiones en la vocacional y de mi primer beso  leí sobre cuánto detesté Trigonometría y sobre el niño al que hice llorar públicamente.
Todo aquello me rompió el corazón. ¡Pum!
Hoy me siento con muchas ganas de escuchar metal, mi tio vino y me enseñó algunas bandas nuevas y al menos de Sabaton si me enamoré. Últimamente he escuchado mucha música electrónica.
Se me olvidó cuánto me gusta el metal.
Estos días no he escrito tanto sobre ciertas cosas porque encontré mi libreta azul y me puse a contarle todo a partir de comienzos de este año, incluso la releí un poco y me acordé de cuando estaba enamorada de un mugroso por ahí. Me sentí tan patética.
Cómo sea.
Me siento rara respecto a algo que me sentía segura. Me siento vengativa. Y tengo los pies fríos, lo que hace más dramática toda esta situación.
Hoy fue un día como retrógrada, pero en el buen sentido de la palabra... sí es que hay un buen sentido de la palabra.
Hasta ni me pinté los ojos, aunque eso no es nuevo, ya van varios fines de semana que me la paso sin maquillaje; antes dí que me bañé.
Es hora todavía que no leo a Jean Paul. Extraño un buen libro como de aquellos que tendrá uno o dos meses que no leo.
Te iba a contar acerca de algo que ando arrepentida, pero pues ya pensándolo bien como que ni me arrepiento tanto... Es cosa de conveniencia y perspectiva.
Luego te cuento que pasa, por cierto, el sábado este blog cumple un año.